En los sueños, las diferentes ideas, sentimientos y deseos no se expresan de forma directa sino que lo hacen a través de símbolos. Pero, ¿por qué?
La causa principal de esto, aunque parezca extraño, es la educación. Desde pequeños nos educan para bloquear ciertos deseos e impulsos que son incompatibles con la vida en sociedad. ¿Qué tipos de impulsos? Aquellos como el odio, la agresividad, la venganza o la posesión. En muchas culturas además también se percibe como malo o insano el deseo sexual, por lo que se enseña a los niños a reprimirlo. Al crecer aprendemos a detener buena parte de nuestros instintos básicos e inconscientes, y a canalizar y transformar muchos otros. Pero no sólo los reprimimos para adaptarnos a la sociedad, sino que nosotros mismos los juzgamos y consideramos malos e indignos, imponiendo así una fuerte autocensura.
Estando despiertos, al percatarnos de que tenemos un impulso que es inaceptable (desde un punto de vista moral, religioso o social) lo rechazamos en lo mas profundo de nuestro consciente, bloqueándolo. Mientras soñamos, estos pensamientos y deseos que hemos reprimido y escondido salen a la luz, pero debido a que al dormir el cerebro mantiene aún un cierto grado de consciencia sigue existiendo algo de censura. Es por ello que las ideas en sueños aparecen disfrazadas.
Los sueños de los niños pequeños, quienes aún no han sido aleccionados y por tanto no se les han prohibido ciertas acciones y deseos, son mucho más directos y menos simbólicos. Ellos no perciben sus sentimientos como «buenos» o «malos». Por ello no tienen la necesidad de censurarlos en sueños.
El terreno que presenta un mayor simbolismo en sueños es el sexual, ya que es en el que es más grave el conflicto entre los deseos y la educación. Son especialmente las personas muy religiosas, que consideran todo lo sexual como pernicioso y que reprimen fuertemente sus instintos, las que tienen sueños más exagerados y deformados. Los impulsos sexuales son bastante básicos ya que forman parte intrínseca de nuestra biología, por ello si no se les permite aflorar en estado de vigilia, lo harán en el mundo onírico. Además ocurre que cuanto más feroz es la censura, mas fuertes son los deseos y mas recurrentemente aparecerán en los sueños (siempre de forma simbólica).
